viernes, 15 de enero de 2016

Cuatro poemas de Gerardo Deniz



Fui yo

Pensaba una vez, una más,
en esa manera célebre de tantas damitas,
alterativamente concediendo y denegando;
sobre todo en el para qué,
será puro ego boosting tan mínimo
o por supuesto algo mucho más complicado
que los novelistas exponen, pero como no los entiendo,
me aburren.
Oí que algo caía en el techo. Subí a ver.
Eran los cojones de Urano.
Los mandé lejos de una patada.
Al otro día me enteré del nacimiento de Afrodita y de
    todo lo demás, que por sabido se calla.


Ignorancia

Cuando se quita usted del labio el epíteto escupiéndolo
      al rostro de la amada,
siente usted que ha cumplido, hasta que le sale otro,
  v. gr. de tabaco,
y el proceso se repite ad nauseam.
Lo malo es esa manigua poblada de grillos y leopones,
     esa insuflación de burbujas en el tuétano
─ en una palabra, todo lo que hormiguea, desazona
    un rato y hace amanecer los lunes
pensando
cómo será que a mis tíos y tías los poetas
les ocurre lo que relatan
y viven para contarlo.



Arca

Se escapan indefectiblemente. Voy,
matamoscas en mano, por las crujías, aniquilando de
    un golpe géneros enteros,
órdenes, clases. Maldefiendo mi vida (barrenan el casco,
pían, himplan, ponen): para mí la culpa.
Ocasiono pérdidas que me echará en cara Filogenia;
así exterminé aquel hemíptero azul con un comino al
      hombro
─ no molestaba, pero era prófugo y ayer yo andaba
bíblico
en demasía. Sobrevive su pareja, condenada al onanismo
o a la bestialidad.
                           Noé, hijo de no recuerdo quién,
qué malo saberlo todo. Qué pésimo ejercer.


Acertijo

Ilustres y poderosos hermanos,
no habrá por estos rumbos nada rupestre.
Fresco sí.
             Según los mandamases de la literatura,
Sófocles y Dante lo recogían en botes viejos de leche
     condensada
─por tener el tamaño y la forma ideales─
y se pasaban las horas examinándolo, trasegándolo,
       revolviéndolo con el meñique.

De vómito se trata.
                             Han adivinado.




Del libro Gatuperio, FCE, 1978.