lunes, 23 de marzo de 2015

Un texto de Eduardo Resëndiz



                                                        

El dios que se vuelve a mirar




El recibidor es compacto, el baño también y la cocina sufre una de esas rápidas condiciones físicas que vuelven microscópicas las cucharas y las cazuelas; todo en la casa se vuelve diminuto con el tiempo. He fingido esos pasos temporales, el feliz grado de mi dicha consiste en esconder la repercusión del tiempo sobre mi figura, he tapado los espejos y anudado sólo una fotografía de hace algunos años en el centro de la sala. Mi memoria ha logrado no desaparecer los nombres, sin embargo ha sabido restarle importancia al mundo exterior y los recuerdos. Soy un hombre exitoso. No. Soy una mujer. Soy un hombre y una mujer en una ráfaga. Mi atuendo me confunde y veo mi derredor miniatura como reflejo diario de un solo instante. Estoy en el paraíso; sin embargo, hoy he convidado algunas personas a mi casa, he de seguir y convencerlos de mis propósitos. Sé que la ausencia determinante en el espejo ha hecho que mi rostro juegue a ser transparente, puedo ver mis músculos flácidos mientras tomo mis alimentos en platos diminutos sobre mi mesa compacta. La ausencia de mí, al menos, me ha hecho la única persona fija en una existencia leal, diaria y verdaderamente instantánea. He bebido el retroceso del río de Heráclito, primera confesión necia: he sobrevivido por la lectura. Sin embargo, hoy he convidado algunas personas para acusar un dominio pleno, soy dueño de una conciencia más amplia; ejemplo de esto es ver cómo con el paso de lo diminuto sobre los años, vuelve a los objetos más chicos, y así, sentado sobre mi silla diminuta veo mis miembros diminutos volverse al presente sin ningún acuse nostálgico, nada de disoluciones amorosas o pequeñeces que dos cuerpos ocultan en la planicie de su desnudez; yo sigo con estos libros de trazos diminutos en mi conciencia íntima y fervorosa. Conozco el paraíso y no está en las cosas eternas y amplias y enormes; está en la vuelta de los instantes, en los no indispensables y por eso me he encerrado en una memoria siempre encumbrada hacia la siguiente. Soy un hombre y una mujer que espera a sus convidados como siempre, al menos, así me siento. Veo el recibidor diminuto, el baño también; no recuerdo si esto es el día venturoso de ayer o el engaño de un presente turbio. Estoy sentado, dueño de mí mismo en la repetición diaria de mi reflejo, reflejo en otra diminuta memoria que recuerde que estoy aquí, en el paraíso y mis pasos son diminutos en este repetido universo donde no estoy solo.

domingo, 15 de marzo de 2015

TRÍPTICO PARA POTABILIZAR EL AGUA





TUBERÍA


Se preguntará,
por qué hay un cuaderno
tragándose el puente peatonal,
o por qué el cemento no escurre
glóbulos rojos
si  los parquímetros están 
severamente incrustados. 


Se preguntará por los parásitos
que ya son carcazas
en el vientre podrido del perro.
Aquí lo esencial,
es contener la saliva,
no participar en la quema de llantas,
olvidar los cielos agolpados en botellas,
y el tan cansado mar
que a cada rato
debe hacerse espacio
para caber en una hoja
sin mojarla demasiado.

Todo océano se resguarda en el lavabo más cercano,
y dentro de cada líquido
hay parques acuáticos
que muy pronto
se van a bancarrota. 


Ha descubierto que la falla
en las fauces del PVC
se debía a un cuerpo abusando
de la posición embrionaria,
atorado
con todo y toalla. 



NAUFRAGIO

Rebasar:
aguijón de mantarraya
incrustándose
en el ojo.
Traspasarlo todo,
el hedor del hígado
las escafandras colgadas,
las astillas
que en su porosidad
invitan al repliegue de los microbios. 


Ningún pelícano fue diseccionado para la realización de este rojo.

Ningún líquido  fue adherido a la playa.



ABERTURA

Con la mejilla izquierda pavimentada;
recordado por las turbinas de los respiradores,
y por ventanales
que desviaron su estatismo
para presenciar
la resonancia.

Sucede que sólo los voladores profesionales
son los únicos
que pueden enganchar  
un suspiro.

El vaso de Gorostiza no ayuda en nada
cuando se cae directo
a la transparencia.