martes, 13 de enero de 2015

Cuatro poemas de Daniel Bencomo



YA NO RETRASAR: APARICIÓN:

I

Rumor de fuga sólo, blandir la ceguera como un arma. Corren, caen, el vértigo de gula coordinan. Vigilantes, poseídas de apetito en frecuencia de sazón. Contemplan la piedra hecha un volcán de voluntad: lava es rusa la ruleta. Del Amazonas atraviesan el vientre, qué de Venus; la sustancia del mundo se rompe de un vacío feromonal. En la ingle del silencio anidan, esparcen sus flechas de oscuridad al mediodía, avanzan, retroceden: son lujuria de madera, de voluntad la resaca. Vida que ciega sus ojos con basalto o con el cadáver de Dios, puesto por azar en el chorro de insectos.


ÉL ERA EL VIAJE MISMO:

La vida, de la herrumbre escueta prima, caía de sus labios en rebaba de piedra. Con ella hacía el sendero aquel rumano-hormiga, cernía un punto de niebla al madurar la noche. Su fuga hacia el oeste, viaje sostenido hasta el pan de la palabra, habló del áster, vacíos en el horno postergado. No sale el que se sueña en la foto, cruza en pairos la estepa de la fiebre. Un día nublado, en el rancio apretón de manos de los muertos, cortó las ramas de la historia y se pulió los dientes.


LA CORTEZA DEL ÁRBOL:


Por la garganta asciende, nube llena de un baldío. El sol cuelga su carcaj en la enramada y todo parece arder de una madera ciega: funde los días de cualquier ministerio. Abuelo, homínido interior que suelta su tendón, fuego cruzado sobre el fuego. En la orilla del patio hay un cuarto; se oxidan sables, saxofones, retazos de papel manchados de memoria. En el centro del patio, rima por secar del mundo, se funda un hormiguero que brota, avanza, sube por el árbol genealógico y rasga. Lleva recolectora la yema de un mí. Venir de un pene sin porqué, de una mujer ignorante de los sueños de lava. Abrimos senda entre cortezas, nos colgamos del árbol como el moho: ahí vemos al Tiempo con el rabillo del ojo.

ESTACIÓN:

Quien venga mida sus distancias


DESIERTO_______ km

CENTRO DE HORMIGUERO_______ km

HUMUS_______ km

Puede defender la posición, soltarla al comején que marcha con el viento. Nada pasará. Cuestión de hacer un pie de arena, otro de lava, destapar una cerveza con la convicción de hacer locura; es mejor estar bien fresco. Cuando pasen los rebaños de cabras, rubicundos, cuando pase un rey depuesto y las hormigas transiten de almanaque a providencia, habrá que celebrar su ritmo en nuestra isla de brindis.

Un hoyo en la ficción de aquestos días salobres: esquemáticos,________, augustos en la pompa de su tedio, correcaminos que no escapa en tiempo real: es capturado.

Los nichos están secos, lo sabemos: digno de grabar en ocho milímetros.

Escribo la holgura de escribir en el cielo, mido su prisa por volverse arena. Retumba una risa: la sed retorna a su óxido más claro.

















Del libro Lugar de residencia, Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario