miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un poema de Charles Simic




DESMANTELAR EL SILENCIO




Desmonta primero sus orejas
cuidadosamente para que no se desmoronen.
Corta su vientre con un silbido agudo.
Si encuentras cenizas dentro, cierra los ojos,
y sóplales adonde apunte el viento.
Si encuentras agua, agua dormida,
trae la raíz de una planta que no haya bebido en un mes.
Cuando llegues a los huesos,
y si no te ha seguido una jauría,
si no cuentas con un ataúd de pino
ni una carreta tirada por bueyes que los haga resonar,
mételos rápido bajo tu piel,
la próxima vez que recojas tu saco
los escucharás y te rechinarás los dientes.

Ahora está completamente a oscuras.
Lentamente y con paciencia
siente su corazón. Tendrás que arrastrar
un pesado baúl con cajones
hasta su vacío
para escuchar cómo cruje
sobre su rueda.




Extraído de la revista Pautas.

Traducción de Sebastián Pilovsky.

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